Las Alitas de Pollo son la solución perfecta. Con un peso de 1,200 g, tienes la opción de recibirlas en una práctica bandeja de alitas enteras o partidas, listas para cocinar.
Su carne, con un sabor intenso, y su piel, que se vuelve increíblemente crujiente al cocinarlas, las hacen irresistibles.
Son muy versátiles en la cocina y absorben todos los sabores de las especias y salsas con las que las prepares.
Ideas de Recetas
-
Alitas con salsa barbacoa y miel: Cocina las alitas en el horno o en la freidora de aire. Una vez doradas, píntalas con una mezcla de salsa barbacoa y un poco de miel.
-
Alitas de pollo con salsa brava: Fríe las alitas hasta que estén crujientes. Sírvelas con una salsa brava casera, lo que le dará un toque picante y un sabor irresistible.
-
Alitas al ajillo con vino blanco: Fríe las alitas en una olla con abundante aceite de oliva, ajo laminado y un poco de guindilla. Cuando estén doradas, añade vino blanco y perejil picado.